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CRIPTORQUIDIA: UNA PATOLOGÍA INFANTIL FRECUENTE

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El 3% de los recién nacidos sufre criptorquidia, una falla congénita del descenso de uno o los dos testículos a la bolsa escrotal.

Para entender qué es la criptorquidia, hay que conocer el proceso de testículo en ascensión, o por qué nunca han bajado los testículos. Esto sucede durante el último trimestre del embarazo, donde los testículos deben descender hasta el escroto y, luego, el conducto inguinal debe cerrarse para que estos permanezcan en una bolsa fuera del abdomen. Sin embargo, esto a veces no sucede, produciéndose la criptorquidia unilateral (uno no baja) o bilateral (ambos testículos no descienden).

 

Esta condición se da por múltiples factores, desde una falla hormonal hasta la obstrucción en el canal de bajada. Las causas no están muy claras, lo que sí se sabe es que esta patología es de fácil diagnóstico y complicadas consecuencias si no se trata a tiempo.

Solo 3% de los niños nacen con esta enfermedad y, entre ellos, los prematuros son los más recurrentes, ya que, con la interrupción del embarazo, estos no tienen tiempo para descender. Pero, atención, porque dentro de este porcentaje hay un importante número de niños cuyos testículos logran bajar durante los seis primeros meses de vida de manera espontánea. Pasado ese período, la única solución es la quirúrgica.

 

Exámenes y síntomas para detectar criptorquidea

Entre los exámenes de rutina que debe realizar un neonatólogo cuando nace un niño, está el cerciorarse de que ambos testículos se encuentran en el escroto. Si uno o ambos no están, estamos frente a un eventual caso de criptorquidia.

Para ello, es necesario un examen clínico por parte del neonatólogo o el pediatra, además de una ecografía testicular de refuerzo, para determinar en qué sector del canal quedó el o los testículos.

 

Basta con este antecedente, el de la constatación de un escroto plano, vacío o asimétrico, para detectar la falta de descenso testicular, sobre todo si ya tiene más de tres meses de vida, etapa en que ambos testículos debieran haber descendido y no mantener el testículo alto.

 

Diagnóstico

En las visitas habituales al pediatra, debiera aparecer el primer diagnóstico. Pero también puedes intuirlo tú. “Uno se puede dar cuenta al observar al niño y notar que el escroto (bolsa que recibe los testículos) está plano, que no tiene testículos en su interior. O puede ver cierta asimetría, hay un lado más abultado y otro más plano, y eso quiere decir que un testículo no bajó”.

Si un niño con ambos testículos altos (criptorquidia bilateral) llega a los 10 o 12 años sin haberse sometido a una cirugía, está comprobado que puede ser infértil, pues hay evidencias de que las células que producen los espermatozoides no se desarrollan adecuadamente cuando los testículos están fuera del escroto. Entre más alto esté el o los testículos, y mientras más tarden en bajar, mayor es el riesgo que corre el niño de sufrir atrofia testicular y esterilidad.

 

Además, existen otros riesgos asociados a esta enfermedad, como el de desarrollar un cáncer testicular que va entre 15 a 20 veces más frecuente que un hombre con los testículos bajos y, además, aumenta de manera considerable la posibilidad de sufrir una torsión testicular, situación muy grave que en 6 a 8 horas es capaz de destruir un testículo. Pero si el diagnóstico de la criptorquidia se hace a tiempo y el niño es operado precozmente, antes del año de vida, no corre ningún riesgo.