Si bien la población general cree que las visitas al urólogo son exclusivas de los hombres, esta especialidad también integra a las mujeres, ya que busca mejorar quirúrgicamente las patologías que se presentan en la vía urinaria: riñones, uréter, uretra y próstata -en el caso de los hombres-.
Los galenos afirmaron que entre las causas principales que motivan la visita de una mujer al urólogo se encuentran: sangrado al orinar, infecciones urinarias o piedras en los riñones. A veces, son remitidas directamente por el ginecólogo para tratar casos severos de incontinencia urinaria, un trastorno que afecta a las mujeres y que se asocia a la especialidad que trata las anomalías propias del género.
Sin embargo, cuando se sospecha o se tiene un diagnóstico confirmado de condiciones más severas: tumores o malignidades como el cáncer de riñón, cáncer de uréter, cáncer de uretra cuyo tratamiento debe realizarse entre el oncólogo, el urólogo y otros especialistas involucrados de acuerdo a cada caso.
Aunque las estadísticas normalmente no miden las consultas más frecuentes al urólogo hechas por mujeres, se estima que las mujeres posmenopáusicas son las que visitan a este especialista. “Mujeres mayores de 50 años, que hayan tenido embarazos múltiples, que han tenido partos naturales múltiples, que hayan tenido histerectomía (…) pierden unos ligamentos importantes que le dan soporte al piso pélvico. Esas pacientes tienden a sufrir incontinencia, ya sea de estrés (cuando uno tose o se ríe) o de urgencia”.
Contrario a lo que se cree, sobre este último caso, la cirugía no es la primera opción de tratamiento. “Siempre se buscan las opciones menos invasivas. La primera de ellas, modificador de estilos de vida: hacer ejercicio, bajar de peso, ejercicios de Kegel, evitar dietas irritantes y por supuesto, hacer seguimiento al caso“.
Las cirugías se reservan para prolapsos o complicaciones agravadas del piso pélvico. Sin embargo, se busca siempre el tratamiento con los métodos mínimamente invasivos. Usualmente, se recomienda después de probar con otro tipo de alternativas que hayan sido ineficaces para la paciente.
La razón principal para ir al urólogo, como mujer, es por cuestiones relacionadas con orina:
- Incontinencia
- Prolapso vesical
- Infecciones de orina
- Cálculos en la vía urinaria
- Tumores de riñón, glándula suprarrenal y vejiga.
Las infecciones de la vía urinaria son la principal causa que lleva a las mujeres al urólogo y afecta principalmente a las que están en edad reproductiva, lo que no quiere decir que no pueda afectar a cualquier edad.
- Cáncer urinario
- Glándulas suprarrenales
- Riñón
- Uréter
- Vejiga
- Uretra
- Litiasis urinaria
- Complicaciones Iatrógenas
1. Incontinencia Urinaria
Afecta entre un 20 a 30% de la población femenina adulta.
2. De Urgencia
Tiene lugar poco después de sentir la urgencia por orinar.
Se refiere a la incapacidad para retener la orina y es común en ambos sexos, desde los 55 años en las mujeres y 65 en los hombres.
Consiste en la pérdida involuntaria de orina, por ejemplo, camino al baño.
Se asocia a trastornos mentales como demencia y enfermedades cerebros vasculares.
3. Rebosamiento
La vejiga no se vacía en su totalidad, por lo que luego de la acumulación se produce un goteo y frecuentes ganas de orinar.
Es importante la visita al médico, ya que puede desarrollar infecciones y hongos por la humedad
4. Funcional
La pérdida de orina se origina por la incapacidad de ir al baño por trastornos neuronales, mentales, físicos, psicológicos u obstáculos ambientales, por ejemplo, depresión, hostilidad, demencia severa, etc.
Prolapso de vejiga o útero
Afecta a 10% de las mujeres y sus principales causas son el embarazo, haber tenido múltiples partos y la obesidad.
Causas
- El haber tenido uno o más partos especialmente si han sido traumáticos
- El simple paso del tiempo (envejecimiento)
- La falta de estrógenos durante la menopausia
- La obesidad
- La práctica de deportes de alto impacto
- El estreñimiento crónico
- La tos crónica
- En todos los casos, el prolapso de vejiga va asociado a una musculatura del suelo pélvico en mal estado.
Síntomas
- La sensación de presión e incluso dolor en el bajo vientre
- El dolor durante las relaciones sexuales
- El dolor en la zona lumbar y/o en el sacro
- La incontinencia urinaria (escape involuntario de orina). A menudo aumenta la sensación de necesidad de orinar aunque luego sólo puedan eliminarse pequeñas cantidades)
- Inflamación de la vagina
- Bulto que sobresale de la vagina (esto sólo ocurre si el prolapso es muy grave)
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