La balanitis consiste en una infección más bien frecuente en bebés y niños en la que se inflama la parte superior del pene. No suele causar gravedad y se puede prevenir con una buena higiene de la zona íntima.
La balanitis consiste en la inflamación del glande en niños no circuncidados (la mayoría en nuestro país) a causa de una infección bacteriana, hongos o una mala higiene. Cuando la infección también afecta al prepucio, hablamos de balanopostitis.
La balanitis causa enrojecimiento, hinchazón, secreción y sensibilidad al tacto y en algunas ocasiones puede provocar exantema (erupción cutánea) en zonas cercanas o disuria (dolor o dificultad al orinar).
Los bebés tienen la superficie interna del prepucio adherida al glande y es a partir del año o dos años cuando se empieza a producir la separación de manera natural; durante la adolescencia la mayoría de los jóvenes ya tendrán el prepucio y el glande totalmente separados. La balanitis suele darse en niños que aún no tienen separadas ambas partes y que por tanto no pueden retraer el prepucio mostrando el glande.
Tratamiento y recurrencia
En la edad adulta este tipo de inflamaciones se pueden evitar con una correcta higiene pero en niños pequeños, al tener ambas partes unidas, se hace más complicado la limpieza de la zona que al estar húmeda o en constante contacto con la orina o el esmegma se puede infectar. Una ducha diaria no indica que los genitales estén todo lo limpios que deberían, especialmente entre los pequeños.
La balanitis se puede prevenir, y también será el primer paso del tratamiento, con una buena limpieza de la zona con jabones neutros. En caso de que el niño ya padezca la infección se deberá limpiar el pene con una solución salina dos veces al día y aplicar una pomada antibiótica siguiendo las instrucciones del pediatra.
Este tipo de infecciones no suele conllevar gravedad y una vez ha comenzado el tratamiento, la inflamación irá remitiendo a los pocos días.
En el caso de que la balanitis sea recurrente y que el prepucio siga fuertemente adherido sin posibilidad de descender, se puede plantear realizar una operación de fimosis (separar quirúrgicamente el prepucio del glande) cuando el pequeño haya cumplido los seis años.
La diabetes es una enfermedad que aumenta el riesgo de padecer este tipo de infecciones así que si el niño presenta balanitis recurrente también habrá que descartar que padezca otro tipo de dolencias más graves.
Fuente: todopapas.com