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Me han dicho que puedo tener VPH, ¿qué puedo hacer?

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¿Qué es el VPH?

Es un virus diferente al que provocan otras ETS como el VHS (herpes). En conjunto, el VPH constituye un grupo de virus perteneciente a la familia de los Papilomaviridae, de los cuales se han identificado más de cien tipos. Aunque la mayoría son inofensivos de esos cien tipos “cerca de cuarenta de estos virus se transmiten sexualmente e infectan el aparato genital masculino y femenino”. Entre ellos, el grupo considerado de alto riesgo está formado por al menos quince tipos.

 

 

¿Qué síntomas tiene?

De los cien tipos identificados, la mayor parte no produce síntomas en la mayoría de la población. Estas cepas asintomáticas no suponen un peligro para la salud. De hecho, dado que no siempre existen síntomas evidentes, muchas personas que han contraído el virus no saben que lo tienen. Puede darse el caso de que nos infectemos con cepas que nuestro sistema inmunitario elimina, pero que nos volvamos a infectar con una cepa diferente y que en ningún caso aparezcan evidencias orgánicas como verrugas o afecciones cutáneas.

No obstante, algunos tipos provocan la aparición de condilomas o verrugas, con el aspecto de pequeños bultos o grupúsculos de bultos en la zona genital. Dichas verrugas pueden presentar un aspecto plano o en relieve, otras con forma de coliflor, y pueden ser grandes o pequeñas. Otras cepas son más agresivas y podrían llegar a provocar un cáncer. Las cepas del virus que provocan la aparición de verrugas no son las mismas que las cepas que provocan cáncer.
De hecho, es posible que aparezcan los síntomas después de años de haber mantenido una relación sexual de riesgo con una persona infectada; lo que hace más complicado determinar cuándo tuvo lugar la primera infección por el VPH.

 

Los tipos de VPH que podrían causan cáncer son los siguientes:

• Cáncer de cuello uterino: las cepas 16 y 18 causan el 70% de los casos de cáncer uterino.
• Cáncer de ano: la cepa 16 suele provocar el 95% de los casos de este tipo de cáncer.
• Cáncer de orofaringe: la cepa 16 está relacionada en un 70% de los casos de cáncer orofaríngeo.
• Otros tipos de cáncer: la cepa 16 también provoca cáncer de vagina, de vulva y de pene.

 

¿Cómo se transmite o cómo se contrae?

Se puede contraer el VPH al tener relaciones sexuales, tanto vaginales y anales como orales, con una persona que tenga el virus. El virus se transmite por contacto. El riesgo de contagio aumenta si no se utiliza preservativo, aunque como apunta el Dr. Rosselló Gayá “todos los VPH se transmiten por contacto piel a piel, por lo que el preservativo no es una barrera altamente eficaz”.
Cualquier persona sexualmente activa puede llegar a desarrollar esta ETS incluso aunque se encuentre en una relación estable, en el caso de que uno de los dos miembros de la relación tiene el virus.
Hay que tener en cuenta que alrededor del 80% de la población sexualmente activa puede ser portadora del mismo, ello debe tranquilizarnos por tanto en cuanto es una patología habitual.

 

 

¿Cómo se puede prevenir?

La mejor manera de prevenir es acudir periódicamente al médico ante la duda por la presencia de verrugas genitales en el caso de los varones y a las revisiones ginecológicas protocolizadas en el caso de las mujeres.

En el caso de las mujeres, es recomendable que se realicen la prueba de la citología porque ayuda a detectar el VPH y monitorizar posibles cambios en el cuello del útero. Es una prueba que deberían realizarse incluso aunque tengan pareja estable. La visita anual al ginecólogo es decisiva para descartar una posible infección, ya que la aparición de verrugas en el caso de las mujeres no siempre es visible y solo puede detectarla el especialista.

En el caso del hombre, cuando aparecen condilomas y verrugas, existe un tratamiento médico mediante el uso de pomadas y cremas con bajo pH. Si este tratamiento no funciona, el médico especialista podría indicarle una intervención de retirada o exéresis, mediante criogenización, láser o electrocoagulación mediante cirugía convencional se puede utilizar anestesia local sin aguja, a presión, técnicas todas ellas seguras y con escasas molestias para el paciente que se pueden realizar en régimen ambulatorio. Las piezas retiradas deben remitirse a anatomía patológica para su análisis. No obstante, resulta esencial acudir al médico para que le indique el tratamiento más adecuado para usted.